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domingo, 9 de noviembre de 2014

Jornada escolar única: más de lo mismo, o peor



Jornada escolar única: más de lo mismo, o peor
 

​Es una reforma necesaria y decisiva. Pero la “prueba piloto” que hará el gobierno resulta en realidad oportunista, improvisada, anti-técnica y muy mal diseñada.  Los jóvenes y niños de Colombia requieren -y merecen- seriedad. 
 Ángel Pérez Martínez*

Artículo publicado por Razón Pública en: 
http://www.razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/8019-jornada-escolar-%C3%BAnica-m%C3%A1s-de-lo-mismo,-o-peor.html
La propuesta
Este 15 de octubre, a mes y medio de finalizar el calendario escolar de 2014, Gina Parody anunció que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) llevarán a cabo una prueba piloto de ampliación de la jornada escolar.
La “prueba piloto” consistirá en ampliar en tres horas diarias la jornada escolar para 53.000 estudiantes de noveno grado en 550 instituciones oficiales ubicadas en 14 departamentos. Las tres horas adicionales serán atendidas por 2.500 instructores del SENA.
Con esas tres horas extras, el Ministerio quiere  alcanzar cuatro objetivos:
1.      Aumentar la equidad al igualar a los estudiantes de los colegios públicos con los  de colegios privados de buena calidad, quienes asisten a las instituciones escolares ocho horas diarias en promedio;
2.      Fortalecer las competencias básicas y remediar las deficiencias de los estudiantes en materia de razonamiento cuantitativo, lectura crítica y ciencias;
3.      Disminuir la deserción escolar en el grado noveno, y
4.      Empezar el proceso de articulación de la educación media con la educación superior, en este caso con el SENA.
La razón
Para sustentar esta decisión, el MEN destaca que “los resultados de matemáticas en las Pruebas Saber 2013 muestran una realidad preocupante, el porcentaje de estudiantes que obtiene resultados en las categorías insuficiente o mínimo es elevado y crece en los grados superiores: mientras que en tercero de primaria es de 49%, en noveno llega a 74%”.

Esta fue toda la explicación oficial para comenzar el proceso con los estudiantes del noveno grado. Y aunque ni la ministra ni el presidente lo hubieran dicho, con alguna malicia podría pensarse que la “prueba piloto” también pretende mejorar el desempeño de los estudiantes que presentarán la prueba Pisa en el 2015, pues esa prueba se aplica a jóvenes de 15 años, la mayoría de ellos matriculados en los grados noveno o décimo.
La “prueba piloto” ayudaría entonces a que Colombia mejore los resultados en la prueba PISA y por esa vía el Gobierno Santos muestre avances en el sistema educativo de Colombia, lo cual hará el acceso más fácil a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), entidad a cargo de las pruebas PISA.
     
Las preguntas
Pero no se conoce ningún documento técnico de soporte curricular, pedagógico o de política educativa del Ministerio o del gobierno nacional que respalde esta propuesta, y tampoco existen experiencias internacionales o nacionales al respeto.

Y las breves explicaciones del MEN y su ministra dejan muchas preguntas:
  • ¿por qué iniciar el programa con estudiantes de noveno grado?,
  • ¿qué razones o evidencias pedagógicas existen para creer que este modelo mejorará la calidad de la educación?
  • ¿quiénes serán los instructores del SENA encargados de la jornada adicional?, ¿qué formación pedagógica tienen y cómo fue su selección?
Más grave aún:
  • ¿cómo se hará la coordinación entre los nuevos instructores y la planta docente de los colegios seleccionados?,
  • ¿cómo se empalmarán los contenidos curriculares? 
  • ¿cómo se hará la evaluación de los estudiantes, si hoy cada colegio goza de autonomía para escoger el método que prefiera?

Calidad de los docentes
Entidades como la OCDE, el Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL) y varios expertos colombianos han subrayado la necesidad de mejorar la calidad de los docentes como una condición sine qua non para una mejor educación básica y media.

Por esto sorprende que el MEN decida utilizar instructores del SENA, cuya fortaleza no es el saber pedagógico sino el conocimiento técnico sobre un área ocupacional, y que serían enganchados de manera apresurada, sin ningún tipo de concurso o selección y, además, con contratos a tiempo limitado de 3 y 6 meses o un año. Del total de los cerca de 25.000 instructores que hoy tiene el SENA, más de 22.000 están vinculados mediante contrato por tiempo limitado.
Por otra parte, y para mencionar solo el caso de Bogotá, en los concursos realizados durante los últimos diez años para nombrar 3.000 docentes oficiales, se han presentado más de 25.000 candidatos. Además, el MEN está pidiendo a las facultades de Educación que mejoren la calidad de sus programas, y exige que los docentes de los colegios oficiales presenten concursos de méritos para acceder al cargo (Decreto 1278 de 2002).
Los docentes oficiales deben pasar por un período de prueba que es evaluado por el rector; y una vez se posesionan de manera definitiva deben someterse a la evaluación de desempeño que se realiza anualmente. Así mismo, el sistema educativo pide a los docentes oficiales que presenten una prueba de evaluación de competencias para ascender en el escalafón.
La planta oficial de docentes en Colombia tiene un 85 por ciento de nombramiento en propiedad. Así las cosas, el Ministerio tiene la obligación de cumplir el artículo 68 de la Constitución de trabajar con personas de reconocida idoneidad ética y pedagógica para formar a los niños y jóvenes con mayores necesidades educativas.

El papel del SENA
Tampoco el Ministerio puede hacer de lado la Constitución y la Ley 115 de 1994 (artículo 20) según las cuales la educación básica tiene como objetivo la formación general de los colombianos mediante el acceso a diversos tipos de conocimiento, que le permita desarrollar habilidades comunicativas, mejorar el razonamiento para interpretar y resolver   problemas, comprender la realidad nacional y adquirir una cultura ciudadana.

La Ley hace hincapié sobre los aprendizajes básicos o fundamentales, pero en ninguna parte dice que los alumnos de la educación básica  deban aprender asuntos propios de la educación superior, y mucho menos propios del SENA.
Aclaro por supuesto que el problema no es la formación para el trabajo ni es el SENA –  que en los últimos años ha dado muestras de mejoras notables-. El problema es asegurar la pertinencia y calidad de la educación básica, más todavía cuando el SENA  no es el ente  rector de la educación superior en las áreas técnicas y tecnológicas y, menos, en la educación universitaria.
Sería grave que el MEN tenga proyectado establecer jornada única y mejorar la calidad de la educación básica con un uso intensivo del SENA, o pretenda cambiar la razón de ser del mismo y lo dedique a la educación básica aprovechando las posibilidades que tiene esta institución para contratar instructores baratos.

No a la improvisación
El Ministerio de Educación no puede improvisar con la jornada única; esta es una política pública costosa y de largo plazo, que involucra a más de ocho millones de niños y jóvenes, con sus respectivos padres.

De acuerdo con la experiencia chilena, se requieren entre 12 y 15 años para acoplarse a este tipo de cambio, y el costo promedio de esta iniciativa supera hasta el año 2025 los 10 billones de pesos por año.
La única manera de mantener esta iniciativa es lograr que sea parte de un plan integral de educación, en consenso con el magisterio, con las facultades de Educación, con las entidades territoriales, con los partidos políticos, con el Congreso, con los empresarios y con otros actores (Colombia cuenta con varias ONG expertas en el tema educativo).
El presidente Santos se comprometió a concertar su política educativa. Por eso el gobierno, a través del Ministerio de Educación Nacional, tiene la obligación ética y legal de buscar  acuerdos para definir el futuro de las próximas generaciones.
Organizaciones como la Federación Colombiana de Educadores (FECODE) tienen el deber  de participar en este proceso, aceptando que tienen interés en los salarios de los docentes y en su estabilidad, pero también que los maestros tienen la responsabilidad de mejorar la educación y las condiciones en las cuales estudian los niños.
El gran temor que surge ante la ampliación de la jornada escolar es hacer más de lo mismo: educación pobre para niños pobres, con pobres resultados.
La jornada única pensada como instrumento para mejorar la equidad y calidad de la educación debe empezar por el preescolar, el sector rural y los municipios más afectados  por el conflicto armado. Sin embargo, antes de dar este paso se necesita planeación, política pública en serio, acuerdo de la sociedad y reformas curriculares, innovaciones pedagógicas, capacitación de los profesores, ampliación de la infraestructura y más recursos.
El acuerdo por una mejor educación debe ser realista y comprometer a los padres de familia para que dejen de mirar la escuela como una guardería. Por eso, el sector educativo y las escuelas deben buscar los mecanismos para que los padres se comprometan con el proceso educativo de sus hijos y también exijan a los maestros y al sistema educativo calidad.

1 comentario:

  1. Buenas tardes Ángel.

    Hablas con Edwar Stiven Cruz, estudiante de Comunicación Social y Periodismo.
    Te escribo para comentarte una propuesta que tenemos pensada con nuestro grupo de investigación de la Tadeo (formado de estudiantes pertenecientes al programa),la cual radica en hacer un Reportaje periodístico sobre "Ser Pilo Paga" para ver si el programa es viable, en materia económica, y también mostrarle a la población colombiana (por medio de entrevistas, podcasts, fotografías y un texto argumentativo), los efectos positivos y negativos de SPP desde diferentes perspectivas: Estudiantes universitarios, miembros del gobierno (Ministra de Educación, Viceministra de Educación Superior, Dirección de Fomento de la Educación Superior, Dirección de la Calidad para la Educación Superior, etc), organizaciones que apoyan económicamente el proyecto (Icetex y otros), teóricos e investigadores en materia de educación, estudiantes que hacen parte del programa (Sociedad Pilo y/o grupos afines) y la mirada desde las Universidades públicas y privadas (Directivos y académicos de diversas IES).

    Este proyecto lo hacemos con el fin de acabar los imaginarios que existen en la población sobre el funcionamiento actual de SPP y reconocer la labor del programa en la construcción de un mejor país (analizando las zonas centrales y periféricas del país), con apoyo de cifras e investigaciones.

    Agradeceríamos inmensamente tu colaboración Ángel comentándonos tu opinión crítica frente al tema.
    Quedamos al tanto de tu respuesta.

    Cualquier cosa, comunícate con nosotros:
    Edwar Cruz: 3172278543
    Cristhian Aguirre: 3153174310
    Andrés Luna: 3202033321

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