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martes, 8 de octubre de 2013

PORQUE LA EDUCACIÓN BÁSICA ES DE BUENA CALIDAD EN FINLANDIA Y NO EN ESTADOS UNIDOS


POR QUÉ LA EDUCACIÓN BÁSICA ES DE BUENA CALIDAD EN FINLANDIA Y NO EN ESTADOS UNIDOS

ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ

La profesora Americana, Janet English, distinguida en los Estados Unidos con el premio Fulbright a la enseñanza, viajó a Finlandia para estudiar y observar durante seis  (6) meses el sistema educativo de ese país. Ella estaba interesada en comparar los dos sistemas educativos y determinar por qué los estudiantes americanos, con un gasto promedio por estudiante de los más altos del mundo, no rinden tanto como los finlandeses, quienes a los 15 años de edad obtienen los más altos puntajes en resolver problemas científicos, en las pruebas internacionales donde participan.

 La profesora English comparó los dos sistemas educativos: cuyas conclusiones público La OCDE en uno de sus blogs:

1.      Calidad de los docentes

La calidad de los docentes es similar en los dos países, como ocurre en todas partes, ella observó buenos y malos profesores. La diferencia es que el Sistema Educativo Finlandés apoya la enseñanza y la evaluación individual para medir los avances del proceso educativo, más que las pruebas estandarizadas anuales que se aplican en USA. Los maestros tienen entre sus objetivos hacer seguimiento y apoyo personal a cada estudiante, en Finlandia los docentes tienen muy claro que los estudiantes no son el resultado de una prueba estandarizada producida en línea como ocurre en USA. 

2.      Aprendizaje a partir de resolver problemas

La profesora English observó en Finlandia que todos los días, en cada clase, los profesores y estudiantes trabajan en resolver problemas a fondo. Los maestros están en la búsqueda de temas que interesen a los muchachos, siempre el sistema educativo finlandés está preguntando: qué quieren ellos. En Estados Unidos hay muy poco tiempo para ir a profundidad en un tema. Lo más grave es que los profesores americanos están más centrados en preparar las pruebas estandarizadas que en hacer lesiones interesantes y excitantes para los muchachos, no existe como objetivo el estudiante y menos su apoyo y seguimiento individual.

3.      Ritmo de la enseñanza

En Finlandia, las necesidades y el ritmo del aprendizaje del estudiante son los que determinan el ritmo de la enseñanza y la progresión del plan de estudios en el aula. El estudiante tiene libertad de trabajar sobre tópicos de su interés. Los alumnos participan con sus profesores en resolver problemas relacionados con su entorno, con calma y tranquilidad, no hay estrés en el aula. El aprendizaje y el juego van de la mano, por cada 45 minutos de trabajo en primaria 15 minutos son de descanso. En estados Unidos a los maestros se les obliga a desarrollar un exceso de contenidos que dada la rapidez con la cual son asumidos y tratados en el aula, de manera frecuente, dejan una cantidad de trabajos o de temas sin finalizar y sin profundizar.

Ella concluye que el sistema público educativo Finlandés “es equitativo y respetuoso de sus estudiantes, a los niños finlandeses le son dados la libertad y el suficiente apoyo para empezar a desarrollar su propia personalidad”.

En Colombia el ministerio de Educación Nacional anunció que las pruebas SABER que se aplicaban para 3º, 5º y 9º grado cada 3 años, a partir del año 2012 son anuales, al igual que la tradicional prueba del ICFES para bachilleres (SABER 11º). Luego hay que tener cuidado, los docentes y los colegios deben evitar al interior del aula la estandarización y la evaluación en masa, al grupo de estudiantes, reproduciendo en clase formas de evaluación despersonalizadas y sin ninguna contribución al proceso educativo. Las pruebas estandarizadas son importantes para comparar y para tomar decisiones educativas, pero no son definitivas para determinar la calidad de la educación y menos el desarrollo y logros educativos de una persona.  

La experiencia internacional indica que en Colombia requerimos instituciones educativas y docentes que sean capaces de establecer planes individuales para el desarrollo de cada estudiante, por ciclos educativos, de acuerdo con los propósitos curriculares de cada colegio y los objetivos e intencionalidades de los maestros. La investigación educativa recomienda sistemas educativos que centren el proceso de aprendizaje en el estudiante, no en las pruebas estandarizadas, con especial énfasis sobre quienes tienen atrasos, valorando la velocidad y las características con las que aprende cada uno de ellos, sus gustos y promoviendo acciones para hacer agradable el trabajo en el aula y en el colegio.

La sociedad y la política educativa deben reconocer y apoyar al maestro de aula, promover que innove en su práctica pedagógica, además de confiar en la participación del estudiante, y sin ninguna duda, el sistema educativo necesita un mayor involucramiento de la familia para apoyar el trabajo del docente. La estandarización de las pruebas de evaluación de la calidad de la educación olvida el origen y los problemas de la vida del niño y los efectos de su entorno familiar y social. La educación al contrario demanda conocer a fondo al niño y tratarlo como sujeto y no como objeto.

martes, 2 de julio de 2013

EDUCACIÓN Y PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL DE BOGOTÁ


EDUCACIÓN Y PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL DE BOGOTÁ

1.      EL PROYECTO DE REFORMA DEL POT DE BOGOTÁ DE LA ADMINISTRACIÓN DE GUSTAVO PETRO DEBE TENER EN CUENTA A LOS COLEGIOS, PORQUE ALLÍ ESTUDIAN 1.500.000 NIÑOS Y JÓVENES DE LA CIUDAD

ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ[1]

 

El gobierno del Alcalde Gustavo Petro radicó en el mes de mayo la propuesta de Acuerdo para modificar el Plan de Ordenamiento Territorial, POT. El Concejo de la Ciudad discutió la propuesta y ésta no fue aprobada por la Comisión de Planeación. Además, en su momento, gremios, expertos e instituciones como la Veeduría Distrital advirtieron sobre su inconveniencia, fallas y el escaso consenso que existía sobre el proyecto de modelo de Ciudad que proponía la administración para Bogotá.

El tema de los equipamientos educativos estuvo ausente en la propuesta de modificación del POT para la Ciudad. Lo anterior sorprendió si se tiene en cuenta que a estos equipamientos educativos (jardines infantiles, colegios y universidades) asisten más de 2 millones de niños y jóvenes en Bogotá. Además, el desarrollo del sector educativo está ligado a las posibilidades del desarrollo de su infraestructura, la Ciudad tiene un déficit de por lo menos 100 colegios nuevos para avanzar en la jornada única para la educación oficial, razón por la cual qué determine y cómo norme el POT sobre el desarrollo de las actuales y futuras construcciones escolares (públicas y privadas) será determinante para garantizar el derecho a la educación con calidad y seguridad para niños y jóvenes.

El  POT propone un modelo de ciudad a lograr, una forma de priorizar y usar el suelo y el desarrollo de equipamientos de gran impacto para la calidad de vida de los habitantes, tales como el educativo?. No hay duda, el POT es el instrumento básico para lograr el desarrollo ordenado del territorio municipal, la Ley lo define como: “el conjunto de objetivos, directrices, políticas, estrategias, metas, programas, actuaciones y normas adoptadas para orientar y administrar el desarrollo físico del territorio y la utilización del suelo” (Art, 9 Ley 388 de 1997).  
El documento inicial de la administración Distrital que sustentó las modificaciones al POT de Bogotá sostiene que éste es “la carta de navegación que le permite a nuestra Ciudad prepararse frente a los actuales y futuros desafíos urbanos… también busca que la ciudad sea más incluyente y que tenga servicios urbanos cerca a la vivienda”( http://goo.gl/S7Wx0)




El POT expresa una visión y un modelo de Ciudad y tiene efectos inmediatos en el desarrollo y el ordenamiento urbano de la ciudad y el consecuente mejoramiento en la calidad de vida de los más de 7 millones de sus habitantes. Sin embargo, en el Proyecto de Acuerdo para modificar el POT de Bogotá, la administración progresista ni siquiera mencionó palabras asociadas al desarrollo de la infraestructura educativa y a la educación tales como: escuela, colegio, niños o jóvenes. Solo se usó dos veces el término universidad (páginas 112 y 418), igualmente se habla de instituciones educativas en la página 212 (artículo 256) y en la página 418 (enmarcado dentro de un paréntesis al final del artículo 545). El documento era voluminoso, tenía 562 artículos y 449 páginas.
 
 
La administración progresista desconoció que la relación entre educación y POT es directa. Basta señalar los fines de la educación expuestos en la Ley 115 de 1994 y la aplicación de los siguientes 3 principios que son el fundamento del ordenamiento del territorio en Colombia: 1) La función social y ecológica de la propiedad; 2) La prevalencia del interés general sobre el particular; y 3) La distribución equitativa de las cargas y los beneficios (Art, 9 Ley 388 de 1997).

Veamos algunas cifras para refrendar la importancia del sector educativo de Bogotá que justifican la necesidad para que futuras modificaciones del POT en Bogotá, así como en otras ciudades, consideren de manera prioritaria las sedes educativas y las características de construcción de las mismas, y con ello las condiciones y seguridad del lugar donde estudian millones de niños y jóvenes del país.

En el año 2013, la población de Bogotá es aún joven, el 40.5 % de la población tiene menos de 24 años (población total 7.674.366, según DANE). Además, calculo que 2.172.311 niños y jóvenes entre 0 y 21 años asisten a diario a jardines u hogares infantiles (150.592[2] niños entre 0 y 3 años), colegios oficiales y privados  (1.471.719 niños y jóvenes entre 5  y 16 años) o instituciones de educación superior (550.000[3] jóvenes entre 17 y 21 años).

Los datos para el año 2012, mostraron que a las sedes educativas, en las cuales funcionan los colegios de educación básica y media, asistieron 1.504.698 niños y jóvenes entre 5 y 17 años, 20% de la población total de la ciudad (SED: perfil educativo 2012). Las cifras de la SED muestran que 784.571 estudiantes fueron a 680 sedes de colegios oficiales;  111.719 estudiantes asistieron a 267 sedes de colegios privados en convenio y 39.667 estudiantes acudieron a 25 sedes de colegios en concesión. En total 935.957 estudiantes financiados con recursos del Distrito concurrieron a 974 sedes educativas en Bogotá. El resto de estudiantes, 568.741, asistieron a más de 1600 sedes educativas que pertenecen a colegios privados. (Datos SED: perfil educativo 2012 y DANE C600 2011).

2.      DIAGNÓSTICO DE LA INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA OFICIAL DE DE BOGOTÁ

En el 2004, el estado de la infraestructura de las 706 sedes donde la SED atendía a 860 mil estudiantes en Bogotá era lamentable, veamos: El 62% de las sedes educativas se constituían en fuente de peligro para la vida de los estudiantes y profesores debido a que no cumplían las condiciones mínimas de sismo resistencia exigidas para ese momento y normas arquitectónicas de seguridad (tamaño escaleras, pasillos, áreas de evacuación); más del 50% de las sedes educativas estaban por debajo de los requerimientos mínimos de salubridad; el 65% de éstas se habían construido antes de 1.984 con esfuerzos comunitarios y sin atender ningún tipo de estándar para desarrollar procesos educativos, recreativos o para la convivencia escolar. En una clasificación donde se tuvo en cuenta factores como sismo resistencia, salubridad, antigüedad, cumplimiento de estándares arquitectónicos y urbanos la SED encontró que sólo el 10% de las sedes educativas oficiales se consideraban como óptimas[4].

Los terremotos en Pakistan[5] (2005) y China[6] (2008) lamentablemente demostraron que en las escuelas ocurrieron las más grandes tragedias, en las sedes educativas de estos países murieron cerca de 20.000 niños en sus escuelas. Lo triste es que somos los adultos quienes decidimos donde estudian los niños.

El peligro, y las condiciones infra humanas en algunos casos, bajo las cuales estudiaban niños y trabajaban docentes, en colegios oficiales con alto riesgo de colapsar por las condiciones de sismo resistencia de la infraestructura educativa del Distrito obligó a la administración Distrital a reorientar recursos y a priorizar como política pública la construcción de nuevos colegios y al mejoramiento y ampliación de los existentes. De tal forma que para el mes de febrero de 2004, la SED presentó a la Ciudad y al Concejo un gigantesco plan de construcciones, que fue aprobado en el Plan de Desarrollo de la Ciudad Bogotá Sin Indiferencia, 2004 – 2008,  mediante el Acuerdo 119 del 3 de junio de 2004. Dicho plan se discriminó en el Plan Sectorial de Educación: Bogotá Una Gran Escuela,  publicado por la SED en agosto del año 2004, en él se sustentó: 1) la necesidad de ampliar la cobertura de la Ciudad en la educación básica y media; 2) la urgencia de reforzar y mejorar la infraestructura de los colegios oficiales y; 3) la obligación de legalizar la ilegalidad bajo la cual funcionaba la infraestructura educativa oficial (sólo 36 sedes tenían licencia de construcción, el 5% del total). 

En efecto, en la sustentación de motivos del Plan, “Bogotá Sin Indiferencia”, administración del alcalde Luis Eduardo Garzón mencionó lo siguiente: “en educación, la acción inicial se concentrará en la reducción del déficit de cupos escolares, en el mejoramiento de la calidad y en la corrección del amplio deterioro de la infraestructura física, la cual se encuentra en verdaderas condiciones de emergencia[7].

Para ello se diseñaron dos proyectos, cada uno con sus respectivas metas: 1) construcción y dotación de 38 colegios nuevos, y 2) mejoramiento o ampliación integral de los viejos colegios oficiales para prevenir el riesgo y mejorar las condiciones de aprendizaje y enseñanza. Este segundo proyecto tuvo como meta intervenir 600 sedes educativas así: 201 reforzamiento de sedes, 50 mejoramientos y ampliaciones de sedes, y 350 obras menores de mantenimiento preventivo o correctivo de sedes de colegios distritales.

El programa atendió el primer componente del derecho a la educación: disponibilidad de colegios y dotaciones escolares. Resultados: al finalizar el año 2008: más de 400.000 estudiantes beneficiados, 36 colegios construidos, 170 sedes reforzadas y mejoradas, 60 colegios reconstruidos y ampliados. Así mismo, la SED invirtió recursos, entre los años 2004 y 2008, por más de 1.3 billones de pesos de 2008, para más de 800.000 metros cuadrados de nueva construcción de colegios oficiales[8]. Este proyecto efectuó cerca de 200 licitaciones y convocatorias, contó con las interventorías de la Universidad Nacional y Distrital y al finalizar el año 2008 se había ejecutado en más del 95%.

A pesar de los resultados alcanzados, aún subsisten más de 200 sedes educativas oficiales que en Bogotá requieren reforzamiento y mejoramiento de su infraestructura de manera urgente, entre otras razones porque no cumplen las normas y los estándares básicos de reforzamiento estructural o de seguridad arquitectónica.

Sobre las condiciones de la infraestructura de los colegios privados no existe un diagnóstico adecuado e información detallada sobre el tamaño del problema. Sin embargo, al terminar el año 2009 la Dirección de Colegios Privados de la Sed calculó que cerca de 1800 colegios tenían licencia de funcionamiento, de los cuales sólo el 20% cumplía las condiciones mínimas de sismo resistencia.
 De otra parte, el Plan Maestro de Equipamiento Educativo (Decreto 449 de 2006) proyectó, a partir del Gobierno de Lucho Garzón, la construcción de por lo menos 20 colegios nuevos oficiales en cada una de las siguientes administraciones de la Ciudad, con un promedio de 2.000 estudiantes. En el Gobierno de Samuel Moreno se construyeron dos colegios y en el de Petro aún no se construyen colegios nuevos.
 

Conclusión: en Bogotá más de 500.000 mil niños y jóvenes asisten a colegios privados y oficiales que no cumplen condiciones de sismo resistencia y de seguridad, razón por la cual estudiantes junto con sus maestros arriesgan la vida de manera permanente. Además, el déficit de cupos escolares se ha incrementado en algunos sectores de la Ciudad, no se han construido 60 colegios oficiales para por lo menos 100.000 estudiantes proyectados en el Plan Maestro de Educación y que deberían estar ubicados en: Suba, Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy (Sector de Patio Bonito) y en Usme. Estos colegios garantizarían a Bogotá empezar a realizar la jornada única en serio y con calidad para los niños de estratos 1, 2 y 3 de la Ciudad.

3.      EL PROYECTO DE REFORMA DEL POT DE PETRO DESCONOCIÓ LOS DERECHOS ESPECIALES Y PREFERENTES DE NIÑOS Y JÓVENES.

El ordenamiento constitucional reconoce la educación de los niños y jóvenes como un derecho (artículos 67 y 44), además diversos fallos de la Corte Suprema han insistido que es un derecho fundamental, porque es inherente a la persona, al desarrollo humano de la persona (Sentencia T-356/01). Es decir, sin educación la existencia de la persona y su proceso de humanización estaría en peligro.

También, la Ley 1098 de 2006, por la cual se expidió el Código de la Infancia y la Adolescencia, insiste en la prevalencia del derecho de los niños y jóvenes y en las responsabilidades del Estado y de la sociedad para garantizar y proteger estos derechos. El artículo 8 determinó el interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes: Se entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus derechos humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes.

Además, el artículo 17 sostiene que los niños y jóvenes tienen derecho a la vida, a una buena calidad de vida, a un ambiente sano en condiciones de dignidad y  goce de todos sus derechos en forma prevalente. En este mismo sentido, el artículo 41, del Código de Infancia, afirma que el Estado en su contexto institucional y en cumplimiento de sus funciones en los niveles nacional, departamental, distrital y municipal deberá: 1) Garantizar el ejercicio de todos los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes. 2) Asegurar las condiciones para el ejercicio de los derechos y prevenir su amenaza o afectación a través del diseño y la ejecución de políticas públicas sobre infancia y adolescencia….35) adoptar las medidas necesarias para salvaguardar su integridad física.

Las anteriores normas por sí solas deberían presionar a la  administración de Bogotá y demás entidades territoriales a garantizar la existencia, cuidado y protección de los edificios escolares donde funcionan jardines, escuelas y colegios, en primer lugar otorgando prioridad en el ordenamiento urbano y en el uso del suelo a legalizar las construcciones escolares existentes y además facilitar a futuro nuevas construcciones escolares.

PROPUESTA DE TEMAS DE EDUCACIÓN PARA INCLUIR EN EL PROYECTO DE ACUERDO POR EL CUAL SE MODIFICA EL POT


El Gobierno de Petro ha planteado que volverá a presentar al Concejo de la Ciudad en el mes de agosto el proyecto de ajuste al POT, por lo cual propongo incluir los siguientes temas:  
1.      Reconocer la existencia de todas las sedes en las cuales funcionan los colegios oficiales de la Ciudad. Para ello propongo que se copie el parágrafo 2 del artículo 233 del Decreto 190 de 2004 que legalizó los salones comunales, el cual sostiene que: “A partir de la entrada en vigencia del presente plan, se legalizan los salones comunales ya construidos en zonas de cesión pública que no estén afectados por riesgo, ni invadiendo zonas de preservación ambiental. En dichos salones se podrán hacer reparaciones locativas, remodelaciones y refuerzos estructurales, sin mediar el trámite de licencia de intervención y ocupación del espacio público, siendo necesaria la licencia de reconocimiento ante las Curadurías Urbanas”. Nótese que sólo se requiere reemplazar salones comunales por sedes de colegios oficiales, el resto quedará igual.

2.      Reconocer las sedes de los colegios privados construidos antes de la expedición del Plan Maestro de Equipamiento Educativo (octubre del 2006), en las mismas condiciones que se otorgue a los colegios oficiales, pero exigiendo a los mismos la presentación, a más tardar en los próximos dos años, de un plan de reforzamiento y cumplimiento de estándares mínimos de seguridad de acuerdo con lo establecido en el Plan Maestro de Educación. Este plan de reforzamiento y cumplimiento de estándares mínimos deberá ser realizado en los próximos diez años y los colegios privados en los primeros 5 o 6 años de vigencia de la reforma del POT tendrán que ejecutar por lo menos las obras que garanticen el reforzamiento estructural de las edificaciones y la seguridad de los estudiantes.

3.      Las casas o edificaciones que estén cerca a colegios públicos y privados creados antes de la expedición del Plan Maestro de Educación, y que además, éstos demuestren que se requieren para cumplir estándares educativos o urbanos deberán ser bloqueados por la administración distrital, cambiando su uso residencial, comercial, industrial, etc. por uso educativo. La ciudad debe dar señales claras en sus normas sobre la prevalencia del interés prioritario de los niños, y por lo tanto, asegurar la calidad de las sedes educativas y la vida de los niños, en el lugar donde ellos estudian.

4.      EL POT debe prohibir la construcción de urbanizaciones o de proyectos de vivienda si éstos no garantizan el suelo o los espacios para la construcción de colegios. Bogotá debe ser consciente del daño que hace a la ciudad desarrollar programas de vivienda sin los respectivos jardines escolares y colegios. Basta señalar el impacto negativo para niños y ciudad por no contar con colegios cerca al sitio de la vivienda: deserción escolar de niños pobres, sobrecostos para el gobierno o la familia (transporte escolar), contaminación ambiental y maltrato a los niños (rutas que recogen a los niños entre las 5:00 y las 6:00 am).

5.      Exigir que las Curadurías de la Ciudad que prioricen y asesoren los proyectos urbanísticos y arquitectónicos de los colegios para garantizar el reforzamiento estructural y el cumplimiento de los estándares  del Plan Maestro de Educación.
Finalmente, a manera de ejemplo, en Ciudad Salitre se construyó el Colegio Agustiniano, en el costado más occidental de este sector de la Ciudad, el colegio atiende a más de 2000 estudiantes del sector, aunque este genera algún tipo de transporte para los niños, éste no sobrepasa 20 microbuses con rutas de corto recorrido. Si no se hubiera construido el colegio, los habitantes de Ciudad Salitre estarían generando 66 o 50 rutas de buses (según sea el caso: buses de 30 o de 40 pasajeros-estudiantes), entre las 5 y las 6:30 am y de regreso entre las 3:00 y las 4:30 pm. Imaginemos el trancón adicional en Ciudad salitre (pongan en fila 75 buses), la contaminación que generarían los buses, además de los trancones en otras partes de la ciudad, para no mencionar el sacrificio para los niños, despiertos antes de las 5 am.

Otro hecho es la construcción de la Ciudadela de Metrovivienda en Bosa, allí se construyeron cerca de 10.000 viviendas y ningún Colegio, entre 2004 y 2008 se construyeron seis (6) colegios que atienden 12.000 estudiantes pero aún en ese sector se tiene un déficit de por lo menos tres (3) colegios, 5.000 estudiantes  
 

Así mismo, pregunto: ¿las 100.000 viviendas gratis de Santos contemplaron la construcción de jardines y colegios en sus áreas de influencia? Basta señalar que son 200.000 niños y jóvenes (en promedio 4 integrantes por familia, 2 adultos y 2 niños o jóvenes en edad escolar), es decir, para la población beneficiara del programa se requieren 100 colegios de 2.000 estudiantes o 200 colegios de 1.000 alumnos, más los jardines infantiles
 
 
También, inquieta saber si la administración de Petro cumplirá los estándares de calidad y seguridad en la construcción de los jardines escolares que proyecta desarrollar en Bogotá, espero que el sector educativo no regrese a la vieja práctica de conseguir casas, de uno o dos pisos, para adaptarlas como sedes educativas, en los barrios pobres de Bogotá, con el único propósito de incrementar coberturas, sin cumplir condiciones mínimas y violando de entrada los derecho de los niños y jóvenes.   




[1] Consultor. Ex Director de Planeación del Men y ex subsecretario de educación de Bogotá.
[2] La SDIS sostiene que la cobertura para los niños entre 0 y 3 años alcanza el 19%, y calculé una cobertura del 50% para los niños de 4 años.
[3] Cifra proyectada, 509.678 estudiantes estaban matriculados en las instituciones de educación superior de Bogotá, en el año 2010. Según el Informe Nacional de Educación Superior del MEN, junio de 2011.
[4] SED. Plan Sectorial de Educación 2004 -2008- Bogotá Una Gran escuela. P.30. 2004.
[5] Al menos 17.000 niños murieron en escuelas derribadas por el devastador terremoto que azotó Pakistán. http://www.eird.org/cd/toolkit08/material/Inicio/escuela_segura/capitulo_1.pdf
[6] En el terremoto de la China murieron entre 5.000 y 7.000 niños.
 
[7] Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. Plan de Desarrollo Económico, Social y de Obras Públicas Bogotá 2004 – 2008. Acuerdo 119 del 3 de junio de 2004. P.23. Imprenta Distrital. 2004.
[8]No encontré antecedentes de un proyecto similar en América Latina o en Colombia. Los datos relevantes del mismo fueron: 36 colegios nuevos, 176 sedes reforzadas y mejoradas, 70 ampliaciones y 200 obras menores, en total se construyeron más de 800.000 metros cuadrados de construcción que beneficiaron a más de 400.000 estudiantes con una inversión, entre 2004 y 2008, de un billón doscientos mil millones de pesos, a pesos del 2008.

martes, 7 de mayo de 2013

LOS RECTORES SON VITALES EN LA CONSECUCIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA EDUCATIVA LOCAL Y NACIONAL



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LOS RECTORES SON VITALES EN LA CONSECUCIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA EDUCATIVA LOCAL Y NACIONAL





ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ*
1.) Introducción

Decidí escribir este pequeño documento que resalta las funciones y el trabajo de los rectores de los colegios oficiales porque en el Seminario Internacional de Educación Media y Superior: retos y experiencias en política pública, celebrado en Bogotá en el mes de abril de 2013, me impresionó la beligerancia y el disgusto de los rectores de los colegios distritales de Bogotá para con el Secretario de Educación de la Ciudad y para con algunos miembros de su equipo de Gobierno.


También, porque desde tiempo atrás he oído con preocupación declaraciones y comentarios de algunos integrantes de la Junta Directiva de la Asociación Distrital de Educadores, ADE, contra los rectores distritales, tanto en el programa radial como en opiniones personales. Estos comentarios no llaman a la cordura y al necesario entendimiento que debe existir entre rectores y docentes. Al contrario, en algunos discursos encuentro escasas valoraciones objetivas sobre la gestión del rector y sí más insultos personales (rector autoritario, mala gente, perseguidor o torpe) o posiciones relacionadas con temas ideológicos (rector godo, de derecha o pro establecimiento).

Nada más inoportuno para quienes dirigen la política educativa de la ciudad y para los sindicatos que no se valore y entienda que la política educativa y el desarrollo de los proyectos y programas del sector educativo se apoyan en la gestión del rector, quien realiza funciones complejas de gestión escolar y administrativa al frente de sus colegios. Incluso, en ciertos casos, en cumplimiento de sus funciones, los rectores llegan hasta a arriesgar su integridad física1.

*Consultor. Ex Director de Planeación del Men y ex subsecretario de educación de Bogotá
1 Las amenazas son reales. Francisco Cajio en reciente columna publicada en El Tiempo sostuvo que algunos de los rectores de Bogotá han recibido amenazas que llegan hasta a exigir el abandono de sus instituciones. (http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/franciscocajiao/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12617449.html). Nunca olvidaré que un estudiante de 16 años asesinó al Rector José Jaime Rojas en su colegio, ubicado en Ciudad Bolívar, en el año 2007.

Así mismo, los líderes y activistas sindicales no pueden olvidar que más del 80% de los rectores de los colegios distritales fueron maestros, y son maestros. La mayoría de ellos afiliados al sindicato. Grave sería que cuando se nombran maestros de Secretarios de educación, o el Alcalde o Gobernador es de izquierda o progresista, el enemigo de turno no sea la administración sino el rector. 2

En el desarrollo de este documento acepto que la institución escolar es la célula básica del sistema educativo, donde ocurre y se desarrolla la política educativa del país y de las entidades territoriales locales. Además, destaco que la integración de sedes y jornadas ha creado organizaciones educativas de gran tamaño, cada vez más difíciles de gobernar, debido a que éstas cuentan con escasa autonomía administrativa y recursos. Además, Las instituciones escolares funcionan bajo circunstancias adversas, producidas por el entorno social y cultural en el cual están ubicados los colegios oficiales, lo cual afecta el clima escolar, las condiciones de trabajo de los docentes y los rectores, así como el aprendizaje y la convivencia de los estudiantes.

Los rectores de colegios oficiales con los cuales he trabajado y compartido durante varios años son directivos comprometidos y exitosos, quienes cumplen una labor humana vital para la sociedad; la mayoría de ellos logran que sus colegios funcionen y obtengan resultados, más allá de lo esperado. Los rectores no se pueden dejar solos, menos atacarlos. Los gobiernos locales, los sindicatos y la sociedad deben acompañar, abrigar y apoyar a los rectores, debido a sus enormes responsabilidades y a la importancia de su trabajo que incide en el resultado final de la educación de millones de niños y jóvenes.

2.) El rector de la institución escolar responsable de la gestión escolar en los colegios oficiales
 A partir del año 2002 con la expedición y desarrollo de la ley 715 la profesión de rector de colegios oficiales se transformó en una de las actividades de dirección y coordinación más dificultosas y complejas de realizar en la gestión de organizaciones públicas en Colombia.

Los rectores de los colegios oficiales administran organizaciones educativas que son especiales para la sociedad por el tipo de funciones y responsabilidades que cumplen, organizaciones que se caracterizan porque actúan en condiciones de pobreza, escasez de recursos educativos y sin autonomía administrativa2.
2 Autonomía entendida como la capacidad para determinar su propio gobierno, normas y manejo de recursos.
Además, en los últimos diez años, las instituciones educativas como muchas otras organizaciones de su tipo han sido bombardeadas por la globalización, las políticas neoliberales, el desarrollo de las tecnologías de la información, la cantidad y velocidad de transmisión del conocimiento, la imposición de formar en competencias y las acciones para estandarizar la evaluación de sus resultados, a partir de medir mediante pruebas a estudiantes y docentes. 3

El núcleo de la gestión del rector siempre será la institución escolar, sobre la cual la política educativa diseña y desarrolla proyectos y programas para el sector educativo de la educación básica y media. Luego, un éxito de la política pública educativa sería lograr que ésta funcione y alcance los objetivos para lo cual fue creada, lo cual es todo un desafío para quien pretenda dirigirlas con éxito. La institución escolar en el ordenamiento institucional del sector educativo se define como:

"un conjunto de personas y bienes promovida por las autoridades públicas o por particulares, cuya finalidad será prestar un año de educación preescolar y nueve grados de educación básica como mínimo, y la media". Así mismo, "Las instituciones educativas combinarán los recursos para brindar una educación de calidad, la evaluación permanente, el mejoramiento continuo del servicio educativo y los resultados del aprendizaje, en el marco de su Programa Educativo Institucional". (Artículo 9°, Ley 715 de 2001)


Así mismo, en los últimos diez años la política pública educativa de Colombia pasó de concentrar su acción en la búsqueda de la cobertura universal para los niños y jóvenes de la educación básica y media a la apuesta de garantizar el derecho a la educación con calidad, incluyendo esfuerzos para mejorar logros de los estudiantes y de la institución escolar. Estas políticas agregaron a los rectores funciones, nuevas responsabilidades y problemas en la dirección y puesta en común de las instituciones escolares.

Entre otros aspectos, se destaca que los rectores, junto con los coordinadores, son los únicos que de manera directa pueden vigilar, comprobar y asesorar la eficacia de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula y en el colegio. Diversos estudios internacionales muestran cómo el liderazgo directivo de los colegios es fundamental para mejorar la calidad de la educación (Madrigal y Álvarez 2011). Esto sin olvidar otros factores que inciden en el desarrollo de la institución escolar y que dependen de la acción y del manejo del rector, tales como:
"la consideración de las contingencias (Fiedler, 1967), la madurez del grupo (Hersey y Blanchard, 1982), la motivación hacia los objetivos (House, 1971), los grados de participación (Tannenbaum, Weschler y Massarik, 1961), los métodos de decisión (Vroom y Jago, 1990), la micropolítica (Ball, 1989), la hermenéutica (Bennis y Nanus, 1985) y los principios éticos, democráticos y ecológicos (Cortina, 1996)". (Álvarez y Pérez, 2011) 4
Así mismo, el rector incide en el clima organizacional3, en los procesos de evaluación, en la rendición de cuentas, en la entrega de resultados sobre la gestión escolar y en el desarrollo de los sistemas de información básicos del sector educativo que hoy se miden por indicadores relacionados con cobertura y calidad4.
3 Tabares sostiene que "distintos modelos de eficacia escolar ubican el clima entre los factores de eficacia y equidad. Controlando otras variables, se ha hallado que el clima incide en distintos tipos de resultados de las escuelas, tales como el nivel de aprendizajes de los alumnos, la distribución social del conocimiento entre los alumnos de distinta clase social (vg. equidad), el abandono o los episodios de violencia escolar". (Tabares, 2004)

4 Cobertura: además de la matrícula, los colegios son responsables e inciden de manera directa en los indicadores macro de: deserción escolar, permanencia, promoción y repitencia. En calidad: desde los resultados de los estudiantes y de los colegios en las pruebas SABER y en otras de tipo internacional, que son importantes para la institución escolar, pero que considero evaluación de resultado final. Necesitamos avanzar en evaluar la calidad de la educación como un proceso donde requerimos usar indicadores como: clima escolar; la felicidad de los estudiantes; las condiciones en las cuales enseñan los docentes y aprenden los alumnos; la existencia real y el desarrollo del proyecto pedagógico, así como su permanente actualización; la participación e involucramiento de los padres de familia en el proceso educativo; y las características de la infraestructura educativa y sus respectivas dotaciones, entre otras que son acciones que involucran la calidad como un proceso el cual se puede gestionar y medir.

5 En la administración de Abel Rodríguez en Bogotá, durante el periodo 2004 – 2008, los rectores de colegios distritales participaron activamente en la elaboración de los Planes de Desarrollo educativo de la Ciudad.

En ciudades como Bogotá, el rector debe centrar su acción en la gestión de la institución escolar en sus cuatro componentes: gestión directiva, académica, administrativa y con la comunidad (trabajo con coordinadores, docentes, personal de apoyo, estudiantes y padres de familia). Además el rector debe gestionar diversos proyectos fuera de la organización escolar, labor que la mayoría de las veces desconocen los docentes y la comunidad educativa pero que es trascendental para obtener recursos y posicionar programas públicos o privados en los colegios oficiales (trabajo con alcaldes locales, ediles, concejales, líderes comunitarios, ONGs, funcionarios de la Secretaría de educación y de la alcaldía, y en algunos casos, con organismos nacionales, universidades e instituciones internacionales).

Las funciones del rector más allá de la institución escolar son vitales para el desarrollo y consolidación de los sistemas educativos locales. Sólo anoto algunas de estas acciones como: ayudar a elaborar políticas locales5; coordinar la ejecución de la política educativa local con la institución escolar; buscar recursos para los colegios; involucrar a sus colegios en proyectos o programas públicos o privados que promuevan su desarrollo; y preparar, mantener, entregar y sustentar los informes de gestión y de información de cada uno de los colegios a las Secretarías de educación, a las alcaldías, al Ministerio de Educación Nacional, MEN y a los órganos de control, incluyendo asociaciones de padres y veedurías ciudadanas. Esta información se constituye en la base de los sistemas de información del sector educativo. 5

En resumen los rectores efectúan un sin número de funciones que para los propósitos de este artículo se agrupan en cuatro grandes áreas: 1) Los rectores son los responsables de administrar y dirigir a coordinadores, docentes y personal administrativo; 2) los rectores son los garantes de la gestión académica, razón por la cual están al frente y organizan con coordinadores, docentes y en algunos casos con estudiantes, el desarrollo e integración del currículo; Los proyectos pedagógicos de la institución escolar; los procesos de enseñanza y aprendizaje de maestros y estudiantes y la organización de actividades extracurriculares; 3) los rectores son los encargados de la administración y del presupuesto de los colegios (presupuesto, contratación, información, evaluación, mantenimiento, seguridad e inventarios, entre otros) y; 4)Los rectores, además de la atención, participación y desarrollo de la comunidad educativa, son los encargados de interactuar con el entorno del colegio y con el gobierno local.

Además, a los retos que debe enfrentar el rector para garantizar el derecho a la educación desde la institución escolar6, en aquellas Secretarías de Educación donde se gestiona la educación como un derecho, se agregan nuevas obligaciones como: infraestructura adecuada y bien mantenida; dotaciones de acuerdo con los proyectos pedagógicos; preocupación por las condiciones sociales y de aprendizaje de los niños; alimentación escolar y bienestar estudiantil; bibliotecas y la consecuente compra y distribución de libros; aulas de apoyo y material educativos que incluye herramientas tecnológicas, etc. Para no mencionar la formación y desarrollo profesional del docente, política educativa donde los rectores tienen escasa injerencia.

6 El cumplimiento del derecho a la educación desborda las responsabilidades de los rectores y de la institución escolar, sin embargo todos sus componentes se refrendan en los colegios : disponibilidad, acceso, permanencia, calidad y financiación

Finalmente, existe amplía evidencia sobre los vínculos entre la eficacia del liderazgo del rector en la institución escolar y los resultados que obtienen los colegios en los procesos educativos, incluyendo las ganancias en logros de los estudiantes y la satisfacción por su trabajo de los docentes (Grissom y Loeb, 2009).

3) Con la política de integración se consolidó la institución escolar y se aumentaron las responsabilidades de los rectores

En los últimos diez años, la gestión de la institución escolar se ha complicado en Colombia por los procesos de integración de diversas instituciones educativas en una sola, para garantizar a los estudiantes el ciclo de educación básica y media completa. Lo anterior conllevó a designar una sola administración en cabeza de un rector para varias sedes educativas que pueden funcionar en plantas físicas distantes unas a otras. 6

También, se destaca la decisión de establecer una sola administración cuando en una misma sede educativa existía más de una jornada escolar (parágrafo 4º, Artículo 9 de la Ley 715) y en ella convivían dos o más instituciones educativas. Lo anterior significó, por ejemplo, que si en una sede educativa oficial funcionaban tres jornadas (mañana, tarde y noche) existían tres colegios con sus respectivos rectores y equipos directivos, cada uno de los cuales tenía su propio proceso administrativo y pedagógico. Con la aplicación de lo dispuesto por la Ley 715, los tres colegios pasaron a ser uno con su correspondiente rector, equipo directivo e integración curricular. Además, ocurrió que en algunos casos a la nueva institución le anexaron (integraron) una o dos sedes más de primaria, cada una contaban con su director (cargos que desaparecieron) y no se remplazaron. Los coordinadores se asignan a la institución escolar por el número de alumnos, los primeros coordinadores se asignan en promedio uno por cada 500 estudiantes y la mayoría de las escuelas de primaría tenían menos de 250 estudiantes (decreto 3020 de 2002).

La política de integrar sedes educativas y jornadas escolares en una sola institución escolar tuvo como propósito loable garantizar el tránsito cierto para los estudiantes desde el preescolar hasta la educación media, además de racionalizar costos en equipos directivos y en procesos administrativos.

Lo anterior explica por qué en los últimos diez años las instituciones escolares oficiales disminuyeron en Colombia, mientras que la matrícula ha continuado creciendo. Según las estadísticas sectoriales del MEN, en el año 2002 existían 44.598 establecimientos educativos oficiales, para el año 2011 éstos se habían integrado en 13.604 instituciones educativas.

Igual sucedió en Bogotá. En el año 2002 la ciudad contaba con 775 establecimientos educativos y para el año 2011 éstos se habían integrado en 358 colegios distritales. Según los datos suministrados por la Sed en el año 2001 ejercían 514 rectores, 688 directores de escuela y 15 directores de unidad. Para el año 2013 en la planta de personal de docentes de la SED sólo existen 338 rectores y 10 directores de escuela.

La integración de sedes y jornadas creó y fortaleció los colegios oficiales como organizaciones de gran tamaño, pero a su vez produjo nuevos problemas y dificultades para desarrollar la gestión escolar y para administrarlos7. Por ejemplo, la dimensión de los colegios oficiales medidos por el número de personas que trabajan en ellos y el número
7 Con la integración surgieron nuevos problemas: 1) sedes abandonadas por los rectores a las cuales no se les visita, no se les invierte en mantenimiento o dotación y con escaso control; 2) sedes con 2000 0 3000 estudiantes con dificultades para lograr un adecuado clima escolar y laboral; Dispersión y falta de integración de los proyectos pedagógicos de las diferentes sedes; debilidad del trabajo en equipo y concentración del rector en temas administrativos y de gestión financiera y contractual, pasando a un segundo o tercer lugar las preocupaciones curriculares y pedagógicas. 7

de estudiantes que permanecen en sus instalaciones en Bogotá cada institución escolar oficial tiene en promedio más de 2000 estudiantes, 90 docentes y 4 funcionarios administrativos. Para sólo comparar sobre lo que significa esta responsabilidad para el rector, en términos de tamaño y obligaciones administrativas cuando se está frente a este tipo de organización, basta mencionar que en Colombia más del 95% de las empresas tienen menos de 10 empleados8.

8 Dato suministrado por ACOPI en consulta personal.

9 En países como Estados Unidos y Canadá, así como en los mejores colegios privados de Bogotá, el rector decide o interviene en la selección de los docentes y de su equipo directivo.
 

4). La institución escolar tiene escasa autonomía y para su desarrollo normal dependen de las Secretarías de Educación.


Los rectores cuentan con escasa capacidad institucional para administrar la institución escolar, entre otras cosas porque el proceso de descentralización aún no llega al colegio. La dirección y administración de la institución escolar se dificulta porque esta organización tiene autonomía para cumplir algunas obligaciones, pero, a su vez, depende de las Secretarías de educación y del Ministerio de Educación Nacional para funcionar y desarrollar sus actividades básicas.

La institución escolar en Colombia goza de alguna autonomía: los colegios oficiales puede definir su Proyecto Educativo Institucional, PEI, desarrollar su propio gobierno escolar con participación de docentes, estudiantes, padres de familia y sociedad; y empieza a recibir recursos para su administración, aunque estos son exiguos, de acuerdo con las políticas de gratuidad y dotaciones escolares se puede prever que a futuro los recursos a transferir a la institución escolar aumentarán.

Uno de los principales problemas que tiene el rector en el cumplimiento de sus funciones es administrar el personal docente, lo cual origina varios de los conflictos que viven la institución escolar. Los procesos de selección, nombramiento y traslado de los docentes son decisiones del gobierno nacional y de las secretarías de educación, al igual que todo lo atinente con los funcionarios administrativos que apoyan la gestión escolar. El rector de los colegios oficiales trabaja con un equipo directivo y personal administrativo donde él no determina sus perfiles profesionales, no selecciona y tampoco nombra; igual sucede con los docentes9.
Lo anterior incide en la fragilidad administrativa del rector al frente de la institución escolar, él no tiene el suficiente poder para administrar de manera autónoma su organización, él siempre depende de factores y decisiones externas. Por ejemplo, puede haber formado el mejor equipo de dirección pero un día cualquiera se le notifica el 8

traslado de su mejor coordinador o del docente que pertenece al comité directivo del colegio, y que era clave en el clima laboral con los maestros o en el acompañamiento de las decisiones curriculares.

Sin embargo, las funciones de administración o de gestión humana relacionada con los docentes determinan que el rector dirige los equipos docentes; controla el cumplimiento de las funciones del personal docente y reporta las novedades e irregularidades a las secretarías de educación; otorga permisos dentro de la jornada laboral; distribuye las cargas académicas y asigna el trabajo a cada uno de los docentes. Así mismo, realiza la evaluación anual de desempeño de docentes y coordinadores; en algunos casos puede proponer a los docentes que reciben capacitación; e impone las sanciones que determine el sistema de control interno disciplinario de las secretarías (artículo 10, Ley 715 de 2001).

De otra parte, el rector está al frente de los docentes, quienes son un estamento inteligente de la sociedad, con posturas pedagógicas, políticas e ideológicas, en algunos casos muy determinadas. Además, en Colombia existen altas tasas de sindicalización10. Luego, no es fácil lograr que los docentes acepten o se subordinen al liderazgo de un rector, tampoco es sencillo armar equipos de trabajo y lograr procesos de construcción o ajustes de proyectos pedagógicos con la participación de la comunidad educativa, como debería ser y demanda la gestión educativa. Entre otros aspectos porque la gestión escolar tiene un primer gran obstáculo en la jornada escolar y laboral de seis (6) horas de los docentes11.

10 En Bogotá la Asociación Distrital de Educadores, ADE, agrupa a más del 80% de los docentes oficiales que laboran en los colegios de la Ciudad.

11 La media jornada escolar sirve de disculpa para asignar bajos salarios a los docentes, impide la profesionalización de los docentes y además es un obstáculo para la planeación, la discusión y los trabajos en equipo de los colegios oficiales, así como para el desarrollo curricular en los colegios oficiales.

Los rectores de los colegios oficiales administran organizaciones donde los docentes tienen escaso tiempo para estar fuera del aula en el colegio. Clase y más clase para los maestros es la consigna durante la media jornada de los colegios oficiales, lo cual deja muy poco tiempo para reunirse, para conocerse entre sí (para ser amigos), y para debatir sobre los saberes y prácticas pedagógicas, menos para autoevaluarse o para planear y participar en programas de mejoramiento organizacional o educativo, y lo más grave, escaso tiempo para apoyar a los niños diferentes, a los que se atrasan o adelantan, a los niños que tienen problemas especiales, aquellos que requieren casi un currículo personalizado.
El rector está obligado a ganar jefatura y liderazgo frente a sus docentes a partir de sus características humanas, de su experiencia, de su conducta integradora y transformadora, 9

pero fundamentalmente de su conocimiento, él no puede incurrir en la imposición a través de las normas o usar la autoridad que determina el marco limitado de sus funciones para imponer su poder de decisión o de control.

Por último, los recursos, las normas, el mantenimiento locativo, las dotaciones escolares, la alimentación escolar y el número de docentes y personal administrativo lo deciden las secretarias de educación, luego las capacidades, el liderazgo, el conocimiento y el equilibrio emocional que se exige a los rectores para gestionar la organización educativa son mayores cuando se contrastan con las demás organizaciones públicas. .

5.) El poder del rector en la organización escolar no se lo otorga la norma, él lo tiene que ganar con su liderazgo.


El rector como nadie debe entender que no nada más humano que la educación de los niños y jóvenes, pero también que no existe nada más humano y conflictivo que la relación con los docentes, estudiantes y con algunos padres de familia.

También, el rector tiene el deber de comprender que colegio oficial no es una fábrica donde predomine como valor fundamental de la gestión educativa la jerarquización, la estandarización de procesos, la sanción disciplinaria, el miedo a ser expulsado de la organización o el hacinamiento de los estudiantes para bajar costos.

Tampoco la institución escolar se puede administrar con un carácter gerencial, entre otras cosas porque no hay producción en serie; tampoco usuarios. Los docentes y estudiantes son sujetos con derechos y razón, el proceso educativo es una acción humana, creadora, emancipadora y por excelencia participativa, democrática y de respeto por el otro. Por ello el docente no puede ser autoritario con el estudiante y menos presumir la ignorancia del que aprende; igual sucede con el rector. Él está frente a un docente que es profesional e inteligente y en algunos casos con mayor formación y experiencia en los procesos educativos y sin embargo es su jefe.
Los procesos educativos tienen implícito el desarrollo de la democracia y la participación de la ciudadanía en las decisiones del Estado y sus organizaciones públicas. La democratización de la educación no es sólo acceso para todos, esta también lleva implícita la participación de la comunidad en las decisiones de la institución escolar, especialmente de los docentes, quienes como actores fundamentales deben ayudar a mejorar permanentemente el proceso educativo mediante el aporte de ideas y sugerencias a través del Consejo Directivo y el Consejo Académico de los colegios (Artículo 104, Ley 115). El rector tiene la obligación de facilitar y promover la participación de los docentes y demás miembros de la comunidad educativa en la gestión, así como en la veeduría de la sociedad en la evaluación y entrega de resultados del colegio. 10

De otra parte, así como el rector tiene la obligación de pensar la institución escolar como una organización especial y particular del Estado, también los docentes y activistas sindicales se pueden ir al otro extremo, hacia la anti-organización. Por fortuna no son la mayoría, pero existen miembros de sindicatos y docentes que piden colegios sin normas, sin autoridad, sin controles, sin evaluación y sin indicadores de gestión y resultados, argumentando que estos temas son neoliberales, de derecha o propios del sistema capitalista de gestión. De igual manera, hay docentes, por fortuna son una minoría, que prefieren no participar en los diferentes procesos que los involucran en la gestión escolar, en las discusiones curriculares o pedagógicas, ellos se encierran en el aula, cumplen con rigor el horario laboral pero prefieren eludir responsabilidades, pasar de agache para evitar problemas, cultura del menor esfuerzo12.

12 Los rectores, en algunos casos, se quejan de que los buenos docentes prefieren no participar en el Consejo Directivo o el Consejo Académico del colegio.
A manera de conclusión desde la gestión de la institución escolar esperamos mucho de los rectores, sin tener en cuenta que en Colombia ellos no han sido formados para ser rectores. La mayoría de quienes hoy están al frente de los colegios hicieron el tránsito de docentes a directores o coordinadores y luego a rectores; ellos aprendieron a ser rectores, a partir de su nombramiento como rectores. Ellos requieren acompañamiento permanente, apoyo institucional y valoración social de su trabajo, no se pueden dejar solos.
Cuando sostengo que esperamos mucho de los rectores en términos de gestión me apoyo en el documento de Stanford Educational Leadership Institute (SELI) el cual sostiene que: "Los rectores deben ser visionarios de la educación, líderes de la enseñanza y del currículo, expertos en evaluación, disciplinantes, constructores de comunidad, expertos en relaciones públicas, analistas de presupuesto, facilitadores de procesos, administradores de programas especiales y expertos supervisores de la norma y de lo contractual". Además, "ellos deben soportar las políticas, las órdenes y las iniciativas en la institución escolar". También, el SELI sostiene que esperamos que los "rectores tengan la capacidad de negociar los frecuentes conflictos de intereses de los padres de familia, los docentes, estudiantes, sindicatos, Secretarías de Educación y demás agencias del gobierno local y nacional". Así mismo, "los rectores deben ser sensibles y atender un amplio rango de las necesidades de los estudiantes". (Davis, Darling-Hammond, LaPointe y Meyerson, 2005, pág 1). 11
6). Bibliografía

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